Luis Gonzales Posada, ex canciller, considera una actitud de "enorme significado moral" para el Perú, romper las relaciones diplomáticas con Libia, pues "marca una pauta" y no se puede mantener ese tipo de relaciones "con un gobierno de esta naturaleza".
El legislador añadió que la comunidad interncional debería considerear a Gadafi, actual presidente de Libia, como un genocida porque ha atacado a su población, por estar en contra de sus 41 años de dictadura opresiva.
De esta manera, Gonzales Posada, cree que la política gubernamental de Gadafi, sobrevive gracias a la complacencia y a una suerte de complicidad diplomática internacional. Citó el caso de Nicaragua, donde el presidente Daniel Ortega, lo excusa pues, según él, se está librando “una gran batalla” contra sus opositores.
“Gadafi tiene un gran poder a través del petróleo, que le permite hacer a todos mirar al suelo y pasar por alto todo lo que comete. Se ha mercantilizado la diplomacia porque los principios han cedido paso a los pagos para que se levanten las sanciones”, sostuvo.
Recordó cuando, en los ochentas, al gobierno de Libia se le involucró con el atentado a dos aviones de pasajeros en Europa y una discoteca en Berlín, generando protestas y movilizaciones, hasta el punto que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas le impuso sanciones.
Finalizó, diciendo que todo pasó cuando "pagó 2 mil 700 millones en compensaciones por uno de los aviones, 170 millones más por la segunda aeronave y 35 millones más por las víctimas de la discoteca. El petróleo es un factor determinante que hace doblegar conciencias”.
El legislador añadió que la comunidad interncional debería considerear a Gadafi, actual presidente de Libia, como un genocida porque ha atacado a su población, por estar en contra de sus 41 años de dictadura opresiva.
De esta manera, Gonzales Posada, cree que la política gubernamental de Gadafi, sobrevive gracias a la complacencia y a una suerte de complicidad diplomática internacional. Citó el caso de Nicaragua, donde el presidente Daniel Ortega, lo excusa pues, según él, se está librando “una gran batalla” contra sus opositores.
“Gadafi tiene un gran poder a través del petróleo, que le permite hacer a todos mirar al suelo y pasar por alto todo lo que comete. Se ha mercantilizado la diplomacia porque los principios han cedido paso a los pagos para que se levanten las sanciones”, sostuvo.
Recordó cuando, en los ochentas, al gobierno de Libia se le involucró con el atentado a dos aviones de pasajeros en Europa y una discoteca en Berlín, generando protestas y movilizaciones, hasta el punto que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas le impuso sanciones.
Finalizó, diciendo que todo pasó cuando "pagó 2 mil 700 millones en compensaciones por uno de los aviones, 170 millones más por la segunda aeronave y 35 millones más por las víctimas de la discoteca. El petróleo es un factor determinante que hace doblegar conciencias”.
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