Trabajadores dirigidos por el arqueólogo Quirino Olivera Núñez hicieron el hallazgo cuando desenterraban parte de la estructura arquitectónica de lo que sería un templo.
Cada una de las urnas funerarias mide cerca de 1.20 m y tiene un diámetro de 0.80cm. Al parecer fueron elaboradas con arcilla cocida. Uno de los recipientes, aún en proceso de excavación, ha llamado la atención porque está pintado de colores, lo cual podría indicar que contiene los restos de un personaje de élite.
Olivera destacó que es la primera vez que se registra científicamente este tipo de contextos funerarios en la selva de Amazonas. En otras oportunidades han sido encontrados aisladamente por campesinos de la zona.
Añadió que se trata de un patrón funerario utilizado por los integrantes de una antigua cultura que moró en la zona. “Es una costumbre que aún se utiliza en comunidades muy alejadas de la selva. Se entierra a los muertos en una vasija, que se considera una suerte de vientre materno. Se piensa que de forma la persona vuelve la vida en el más allá”, explicó.
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